Saludo Misión Casa!

¡Hermanos en la fe de nuestro Salvador y Señor Jesucristo!

Reciban un abrazo fraternal lleno de gracia y paz. Hoy jueves comparto una reflexión breve basada en la Palabra que nos da vida.

“Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón.”

Salmos 119:34 (RVR1960)

Uno de los anhelos más profundos del creyente debe ser vivir conforme a la Palabra de Dios. Pero el salmista no dice simplemente “quiero obedecer”; dice: “Dame entendimiento”. Esto nos enseña que no se trata de una obediencia ciega o forzada, sino de una obediencia que brota de comprender quién es Dios y lo que Él desea para nosotros.

El entendimiento espiritual no es algo que adquirimos por estudio humano solamente, sino que se recibe como un regalo del Señor. Es el Espíritu Santo quien ilumina nuestra mente y suaviza nuestro corazón para abrazar la verdad.

Cuando Dios nos da entendimiento, nuestra obediencia deja de ser un deber pesado y se convierte en una respuesta de amor. Y nota cómo concluye el verso: “la cumpliré de todo corazón.” No es obedecer por obligación, por tradición o por temor, sino con pasión, entrega y deleite.

Hoy podemos hacer nuestra esta oración:

“Señor, dame entendimiento. No quiero solo cumplir reglas; quiero conocerte, amarte y obedecerte desde lo más profundo de mi ser.”

Aplicación:

• ¿Estás buscando solo saber más, o estás pidiendo entendimiento del cielo?
• ¿Tu obediencia nace de una relación viva con Dios o de una rutina religiosa?
• Pídele al Señor que te dé un corazón que entiende y se deleita en Su voluntad.

Oración final:

Señor, danos entendimiento. Abre nuestros ojos y nuestro corazón para que no solo conozcamos tu Palabra, sino que la vivamos con gozo y fidelidad. Que nuestra obediencia sea una expresión de amor, y no de obligación. Amén.

Hermanos, esta no es una obediencia cualquiera, es una obediencia con entendimiento, con propósito y con corazón. No caminemos por inercia, caminemos con luz. No repitamos costumbres, vivamos convicciones. Y recuerden… la Palabra no se guarda por costumbre, se guarda por iluminación.

¡Que el Señor nos ilumine el entendimiento, y entonces viviremos!

¡Dios les bendiga, iglesia hermosa!

Pastor gabo